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La ingravidez de la renta variable

La ingravidez de la renta variable

La semana:

La renta variable parece no tener techo. En EEUU estamos viendo nuevos máximos casi día tras día. En nuestro comité mensual de este mes, hemos podido constatar como el mercado se ha inclinado por el momento hacia uno de los dos escenarios planteados el mes pasado: las inyecciones de liquidez por parte de los principales bancos centrales han tenido un poder superior que el derivado de los datos macro y beneficios empresariales, qué aún batiendo expectativas, han sido bastante discretos en el tercer trimestre del ejercicio. A los bancos centrales hay que sumar las expectativas de un posible acuerdo (fase I) comercial entre China y EEUU. Parece que la realidad de la que hablábamos hace meses se termina imponiendo. A D. Trump no le queda más remedio que bajar su agresividad, ya que, a menos de un año para las próximas elecciones, se podría decir que una parte muy importante de sus posibilidades de reelección pasan por las manos chinas. Por lo tanto, será un acuerdo de mínimos, creemos que, con un bajo nivel de exigencia y compromiso, o al menos no muy favorable a los intereses norteamericanos, pero que la maquinaria propagandística lo venderá como todo un gran éxito de la Administración Trump. Y muy probablemente los inversores lo comprarán.
En lo que al escenario macro se refiere, este mes ha deparado pocas novedades. Si acaso la más destacable es que se percibe un menor deterioro en ciertos indicadores, como si estuviéramos cerca de tocar suelo. En ese sentido, el desenlace de las tensiones comerciales entre EEUU y China serán determinantes de cara al arranque del 2020. No obstante, hay algo de lo que habla muy poca gente y es de los avances que se están produciendo en el proceso de “impeachment” al presidente D. Trump. Veremos si este tema no termina estropeando el año de renta variable en las semanas finales.
En el escenario de tipos de interés, estamos viendo un repunte de las rentabilidades de los bonos soberanos, tras el fuerte descenso sufrido el pasado mes de agosto. Y no es un repunte de tipos por un repunte de expectativas de inflación. El mercado está tan solo comprando las posibilidades de que no se produzca un mayor deterioro en el escenario económico global, tal y como se había descontado durante las primeras semanas de agosto. No obstante, no vemos muchas posibilidades de que el repunte de rentabilidades continúe mucho mas allá a nivel global, aunque todavía podrían quedar algunos días de un mayor repunte en rentabilidades. Mientras tanto el USD, que se debilitaba hasta niveles de 1,117, parece nuevamente haber tomado la senda de la apreciación, de tal forma que ya se sitúa nuevamente en niveles muy próximos al 1,10 frente al Euro. Seguimos pensando que todavía le queda algún margen de apreciación, no descartando que en el primer trimestre del 2020 podamos ver niveles cercanos al 1,05.
La renta variable está en máximos en EEUU y en Europa algunos Índices han alcanzado niveles no vistos desde enero del 2018, superando de esta forma los máximos del verano. En este sentido ha favorecido ese sentimiento a favor de la “extensión de ciclo” que ha favorecido la cotización de muchas compañías cíclicas europeas que estaban penalizadas. El ejemplo más claro lo podemos encontrar en las compañías alemanas de la industria del automóvil con subidas en el entorno del 30% en menos de tres meses.
Para lo que resta de año, nuestra visión no cambia de forma sustancial, por lo que continuaremos en la misma senda. En renta fija buscando oportunidades en emisiones de compañías que cumplan con criterios de sostenibilidad y nos puedan ofrecer algo de rentabilidad, e incluso aprovechar oportunidades de un posible repunte en las rentabilidades de los bonos soberanos en Euros (en el caso español, el acuerdo anunciado hoy por parte de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, a favor de un gobierno de coalición rotundamente progresista, podría traducirse en un repunte de la prima de riesgo, que podríamos aprovechar). Además, seguiremos posicionándonos en renta fija de países emergentes, ya que es la única región que ofrece tasas de rentabilidad positivas en términos reales. En renta variable, y aunque nos encontramos en máximos, seguiremos aumentando la exposición, fundamentalmente a través de renta variable directa, invirtiendo en compañías infravaloradas, con solidez financiera, con visibilidad de sus negocios y con una atractiva rentabilidad por dividendo. Se trata de ir generando un cierto flujo de caja en compañías con menor margen de caída que los principales Índices. Además, también podremos ir aumentando la exposición en renta variable a través de fondos temáticos que se centren en las mega tendencias del futuro. Y, por último, seguiremos avanzando en la inversión de productos de impacto ilíquidos, algo que ha supuesto una novedad para nuestros clientes este año, pero en lo que seguiremos profundizando en el futuro a través de nuevas oportunidades que se puedan ir presentando (hasta alcanzar un mínimo del 5% de las carteras de nuestros clientes).

Impacto:

Cambio climático, desigualdades sociales y adaptación al nuevo paradigma digital, sin duda tres de los principales retos a los que nos enfrentamos.
De ellos, el cambio climático quizá es en el que de manera más objetiva y rápida (en parte gracias al nuevo paradigma digital que nos permite cuantificar y parametrizar datos) se puede intervenir. Para muestra, la medida adoptada por el Banco Central Europeo y el Banco de España pidiendo a las entidades supervisadas que detallen su exposición al cambio climático. Esta medida responde a dos motivos principales: el incremento de catástrofes meteorológicas que devalúan potencialmente el valor de los activos y, por otro lado, la exposición de la cartera crediticia a empresas cuya actividad esté amenazada por la nueva regulación ‘verde’ a nivel local o continental.
Y es que es un hecho que cada vez nos enfrentamos a mayores catástrofes consecuencia del cambio climático y a una regulación cada vez más estricta que exige una adecuada monitorización y transparencia de los riesgos que existen en cartera. Porque el hecho de no mencionar un problema no significa que no exista.

El faro de los mercados:

Con la renta variable en máximos, y todo el mundo agitando la bandera del optimismo, e incluso euforia, en los mercados financieros parece hasta contraproducente introducir un mensaje de prudencia. Es cierto, que, si miramos a los factores que hoy atienden los inversores, hay que ser optimistas. Pero los riesgos no han desparecido. Y lo peor es que hay ciertos indicadores en el mercado, como puede ser el sentimiento de los inversores que invitan a la prudencia. Estos indicadores están alcanzando niveles, que habitualmente han precedido una corrección de algún tipo. Es cierto que estos indicadores o divergencias, pueden estirarse en el tiempo. Y no es menos cierto que, en esta ocasión, a diferencia de otras, existe una sincronización por parte de los principales bancos centrales para tratar de mantener la apreciación en la cotización de los activos financieros. Pero no por ello conviene obviarlos. Creemos que pese a todo hay que estar muy atento, ya que en 2018 vimos cómo en apenas una semana el mercado puede corregir hasta un 10%, y por factores a los que los inversores no venían prestando atención.

La noticia amable:

La iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi, por sus siglas en inglés), creada en 2003 con el respaldo de la OMS, por cinco instituciones de investigación pública originarias de India, Brasil, Kenia, Malasia y Francia — Médicos sin Fronteras y el Instituto Pasteur —, se fijó como objetivo promover la innovación terapéutica para favorecer el acceso de las poblaciones más pobres a los tratamientos contra las enfermedades olvidadas (enfermedad del sueño, VIH pediátrico…). En 15 años de existencia la DNDi ha logrado producir ocho tratamientos nuevos adaptados y accesibles para enfermedades desatendidas mediante alianzas público-privadas sin fines comerciales. Entre ellos, el primer medicamento totalmente oral para la enfermedad del sueño.

La frase:

Y nos despedimos con una frase del libro “El arte de la guerra” de SunTzu: “Los buenos guerreros hacen que los adversarios vengan a ellos, y de ningún modo se dejan atraer fuera de su fortaleza.”